Voy a intentar en este post exponer los ratios más habituales y útiles para saber si una empresa está en buena forma. Pretendo que sirvan de guía para que, de un vistazo, cualquier profesional sepa si está ante una empresa solvente o no.
Lo primero, es fijarse en el patrimonio neto de la empresa, ese epígrafe que está al principio del pasivo en el balance. Ratio #1: Patrimonio neto / pasivo total. Lo ideal es que esté en torno al 40%.
A tener en cuenta sobre este ratio y siguiendo un criterio conservador, conviene restar al patrimonio neto partidas susceptibles de haber sido maquilladas como gastos en I+D no justificados, activación de impuestos en empresas que no generan beneficios en los últimos años y provisiones por clientes dudosos. Este ajuste nos dará una visión más real de esta ratio y, por lo tanto, de su situación patrimonial.
El cash flow es el dinero que queda para pagar la deuda. La forma más simple de calcularlo es sumando el bº neto a las amortizaciones. Con este concepto llegamos al Ratio #2: cash flow / cuotas de deuda anuales. Lo ideal es que esté por encima de 1,20x. Con este ratio nos hacemos una idea de la liquidez disponible de la empresa para hacer frente a las cuotas de sus préstamos y otras deudas similares.
En las empresas que comercializan productos (tangibles) o servicios (proyectos en curso) las existencias tienen un peso relevante en su activo. El ratio #3: existencias/ventas muestra si tenemos existencias obsoletas o nuestros proyectos tienen un ciclo de desarrollo demasiado largo. No hay una regla exacta pero si este ratio supera el 25% estamos ante una empresa con una rotación de >90 días que empieza a ser elevado.
Si tenemos problemas para cobrar el ratio #4: clientes/ventas será elevado (>35%). En ese caso se producen ventas que no se cobran. La empresa contabiliza beneficios que no suponen aumento de tesorería.
Por último vamos a exponer el ratio estrella. Se trata del Ratio #5: deuda financiera neta / ebitda. Es el rock star de los ratios, el más popular. Compara la deuda financiera a corto y largo plazo de la compañía restando su tesorería dividido por el ebitda (beneficio de explotación + amortizaciones). Nos indica, a grandes rasgos, los años que necesita la empresa para devolver su deuda en relación al beneficio que genera por su propia actividad. En compañías que no tienen que realizar inversiones en inmovilizado (maquinaria, inmuebles,...) demasiado elevadas, este ratio no debería ser superior a 3,0x.
Si supera este valor, la empresa muestra señales de tener incapacidad para pagar sus deudas.
Hay muchos más ratios pero creo que estos son los que nos ayudan, de un solo vistazo, a conocer el estado de forma de la empresa que tenemos delante.
Abrazos
Fuente: propia y UPF.
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