Luca Pacioli es conocido como el padre de la contabilidad.
En 1494 afirmaba que quien deseara dedicarse al comercio necesitaba tres cosas fundamentales: (1) dinero, (2) ser un buen contador y (3) anotar todos los negocios de manera ordenada.
Desde entonces, los principios segundo y tercero se han desarrollado con eficacia, pero el primero ha sido postergado a uno más ambiguo e interpretable: el beneficio.
No hay mejor imagen corporativa que el beneficio. Ganar y ganar cada vez más. FALSO.
Sin dinero/caja, lo sustancial, no se pueden hacer negocios. La capacidad de generar dinero es el mejor indicador de la gestión de una empresa. Dos empresas con las mismas ventas, mismo BAI, idéntico BDI y amortizaciones exactas puede tener diferente cash flow en función de sus necesidades de financiar su fondo de maniobra.
Imaginemos que la empresa Agresiva decide realizar inversiones en stocks por 600 MM euros el primer año y la empresa Conservadora decide realizar la misma inversión total pero repartida en 4 años (150 MM € anuales). Este hecho hace que el cash Flow proyectado de cada una de ellas sea diferente. Pues bien, si descontamos dichos cash Flow de 4 años a un tipo de interés de mercado, el valor actual de la empresa Agresiva será menor que la de Conservadora porque ésta produce caja positiva antes que la primera.
Agresiva puede tener la tentación de reducir amortizaciones para mejorar su BDI (maquillaje contable), pero lo único que consigue es empeorar su cash Flow y, por ende, la valoración de su empresa.
Hay dos razones para desconfiar del beneficio como indicador de la buena o mala marcha de una empresa: (1) el beneficio no está siempre disponible (no es lo mismo ganar que tener) y (2) los beneficios son apuntes en un libro, mientras que el cash Flow o dinero disponible, es un hecho.
Un hecho evidente es que la contabilidad es interpretable.
Fuente: IE Business School
En 1494 afirmaba que quien deseara dedicarse al comercio necesitaba tres cosas fundamentales: (1) dinero, (2) ser un buen contador y (3) anotar todos los negocios de manera ordenada.
Desde entonces, los principios segundo y tercero se han desarrollado con eficacia, pero el primero ha sido postergado a uno más ambiguo e interpretable: el beneficio.
No hay mejor imagen corporativa que el beneficio. Ganar y ganar cada vez más. FALSO.
Sin dinero/caja, lo sustancial, no se pueden hacer negocios. La capacidad de generar dinero es el mejor indicador de la gestión de una empresa. Dos empresas con las mismas ventas, mismo BAI, idéntico BDI y amortizaciones exactas puede tener diferente cash flow en función de sus necesidades de financiar su fondo de maniobra.
Imaginemos que la empresa Agresiva decide realizar inversiones en stocks por 600 MM euros el primer año y la empresa Conservadora decide realizar la misma inversión total pero repartida en 4 años (150 MM € anuales). Este hecho hace que el cash Flow proyectado de cada una de ellas sea diferente. Pues bien, si descontamos dichos cash Flow de 4 años a un tipo de interés de mercado, el valor actual de la empresa Agresiva será menor que la de Conservadora porque ésta produce caja positiva antes que la primera.
Agresiva puede tener la tentación de reducir amortizaciones para mejorar su BDI (maquillaje contable), pero lo único que consigue es empeorar su cash Flow y, por ende, la valoración de su empresa.
Hay dos razones para desconfiar del beneficio como indicador de la buena o mala marcha de una empresa: (1) el beneficio no está siempre disponible (no es lo mismo ganar que tener) y (2) los beneficios son apuntes en un libro, mientras que el cash Flow o dinero disponible, es un hecho.
Un hecho evidente es que la contabilidad es interpretable.
Fuente: IE Business School
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