Imaginemos una situación real en la que un gestor comercial o director realiza una visita a una pyme y le solicita crédito. Llega a su oficina, da de alta la propuesta en el sistema, y éste le dice que puede aprobarlo con sus propias atribuciones.
Son excelentes profesionales pero no han visto un balance ni una cuenta de resultados en su vida porque uno estudió Derecho y otro Biológicas.
Con buen juicio y, con el objetivo de minimizar la morosidad de la oficina, se hace la siguiente pregunta: ¿me va a devolver el crédito?
Vamos a dar una serie de pautas al hilo del post anterior que, sin duda, ayudará a tomar la decisión.
Lo primero que se debe hacer es consultar si la empresa y los socios están en algún tipo de registro de morosidad (Asnef, RAI, Experian,...). Si es así, finaliza el proceso.
Si la búsqueda es negativa, vamos a la cuentas de la empresa y nos fijamos en dos cosas únicamente: el beneficio y la tesorería; es decir, el motor y la gasolina de la empresa. Si ambos son positivos y coherentes en importe con el crédito solicitado, ya hemos ganado muchos puntos para firmar la aprobación.
Dejamos los números, y a partir de ahora nos guiará el sentido común. Para ello pondremos el foco en tres aspectos diferenciadores que distinguen a las empresas cumplidoras:
1) ¿Quién? Las personas que están detrás de su gestión son el principal activo y, para algunas de ellas, son su proyecto de vida.
2) ¿Qué hacen? Hay sectores en los que es difícil competir por sus estrechos márgenes y porque los ciclos económicos le afectan negativamente en mayor medida. Hay que apostar por empresas con cierta ventaja competitiva, acertadas inversiones y reducida deuda.
3) ¿Cómo lo hacen? Entender bien sus procesos productivos, clientes, proveedores,..y valorar el acierto de sus inversiones para conocer si es una empresa conservadora o especulativa.
En definitiva, el núcleo de análisis de toda empresa es su generación de riqueza, su liquidez y su crecimiento junto a sus aspectos cualitativos.
El conocer cómo transforma su riqueza (beneficio) en tesorería será objeto de próximos post.
Son excelentes profesionales pero no han visto un balance ni una cuenta de resultados en su vida porque uno estudió Derecho y otro Biológicas.
Con buen juicio y, con el objetivo de minimizar la morosidad de la oficina, se hace la siguiente pregunta: ¿me va a devolver el crédito?
Vamos a dar una serie de pautas al hilo del post anterior que, sin duda, ayudará a tomar la decisión.
Lo primero que se debe hacer es consultar si la empresa y los socios están en algún tipo de registro de morosidad (Asnef, RAI, Experian,...). Si es así, finaliza el proceso.
Si la búsqueda es negativa, vamos a la cuentas de la empresa y nos fijamos en dos cosas únicamente: el beneficio y la tesorería; es decir, el motor y la gasolina de la empresa. Si ambos son positivos y coherentes en importe con el crédito solicitado, ya hemos ganado muchos puntos para firmar la aprobación.
Dejamos los números, y a partir de ahora nos guiará el sentido común. Para ello pondremos el foco en tres aspectos diferenciadores que distinguen a las empresas cumplidoras:
1) ¿Quién? Las personas que están detrás de su gestión son el principal activo y, para algunas de ellas, son su proyecto de vida.
2) ¿Qué hacen? Hay sectores en los que es difícil competir por sus estrechos márgenes y porque los ciclos económicos le afectan negativamente en mayor medida. Hay que apostar por empresas con cierta ventaja competitiva, acertadas inversiones y reducida deuda.
3) ¿Cómo lo hacen? Entender bien sus procesos productivos, clientes, proveedores,..y valorar el acierto de sus inversiones para conocer si es una empresa conservadora o especulativa.
En definitiva, el núcleo de análisis de toda empresa es su generación de riqueza, su liquidez y su crecimiento junto a sus aspectos cualitativos.
El conocer cómo transforma su riqueza (beneficio) en tesorería será objeto de próximos post.
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