En este post hablaremos de los productos bancarios que financian nuestro activo no corriente y que ayudan a la empresa a fortalecer sus recursos permanentes y, por lo tanto, mejorar su fondo de maniobra.
Empezamos por un clásico (el PRÉSTAMO) con sus variantes, personal o hipotecario. En el caso del préstamo personal, se debe conceder a un plazo máximo de 6 años y ser utilizado para financiar capex, o lo que es lo mismo inversiones en activos productivos, como equipos, medios de transporte o maquinaría, entre otros. Se deberá justificar documentalmente la finalidad.
La versión hipotecaria, lógicamente, permite un mayor plazo puesto que la garantía además de corporativa, se sustenta en un inmueble. No confundir con garantía real informada en Cirbe, que se refiere también a garantía de pignoracion de pasivo o acciones. Este tipo de préstamo permite subrogar una hipoteca de otra entidad.
Una reflexión: un préstamo nunca debe concederse por la garantía sino por la solvencia de la empresa. En ocasiones, el análisis pone el foco de manera errónea en la propia garantía olvidando las variables más importantes comentadas en post anteriores.
La influencia anglosajona nos trae productos terminados en ing: leasing y renting.
El leasing es un alquiler con opción a compra que permite financiar hasta el 100% de la inversión. Existen tres modalidades: leasing financiero, operativo e inmobiliario. En el primero, la opción de compra tiene un valor aproximado a una cuota mensual y se ajusta el plazo de financiación a la generación de recursos del propio activo. En el operativo, las cuotas son menores porque el valor residual se ajusta al valor de mercado. Por último, el inmobiliario financia inmuebles permitiendo a la empresa disponer de él sin ser el propietario evitando el pago de impuestos.
El leasing goza de ventajas como amortizar aceleradamente, elegir el plazo de amortización, evitar el pago del IVA y maximizar el flujo de caja disponible.
Finalizamos con el renting, un arrendamiento sin opción a compra que, con las cuotas mensuales, cubre además de su uso, los gastos de gestión, mantenimiento, reparaciones, seguros,...). Normalmente financia vehículos y equipos. Una importante ventaja de este producto es que no se considera deuda declarada en Cirbe y la cuota mensual es deducible en el Impuesto de Sociedades o el IRPF.
Hasta la próxima semana!!!!
Empezamos por un clásico (el PRÉSTAMO) con sus variantes, personal o hipotecario. En el caso del préstamo personal, se debe conceder a un plazo máximo de 6 años y ser utilizado para financiar capex, o lo que es lo mismo inversiones en activos productivos, como equipos, medios de transporte o maquinaría, entre otros. Se deberá justificar documentalmente la finalidad.
La versión hipotecaria, lógicamente, permite un mayor plazo puesto que la garantía además de corporativa, se sustenta en un inmueble. No confundir con garantía real informada en Cirbe, que se refiere también a garantía de pignoracion de pasivo o acciones. Este tipo de préstamo permite subrogar una hipoteca de otra entidad.
Una reflexión: un préstamo nunca debe concederse por la garantía sino por la solvencia de la empresa. En ocasiones, el análisis pone el foco de manera errónea en la propia garantía olvidando las variables más importantes comentadas en post anteriores.
La influencia anglosajona nos trae productos terminados en ing: leasing y renting.
El leasing es un alquiler con opción a compra que permite financiar hasta el 100% de la inversión. Existen tres modalidades: leasing financiero, operativo e inmobiliario. En el primero, la opción de compra tiene un valor aproximado a una cuota mensual y se ajusta el plazo de financiación a la generación de recursos del propio activo. En el operativo, las cuotas son menores porque el valor residual se ajusta al valor de mercado. Por último, el inmobiliario financia inmuebles permitiendo a la empresa disponer de él sin ser el propietario evitando el pago de impuestos.
El leasing goza de ventajas como amortizar aceleradamente, elegir el plazo de amortización, evitar el pago del IVA y maximizar el flujo de caja disponible.
Finalizamos con el renting, un arrendamiento sin opción a compra que, con las cuotas mensuales, cubre además de su uso, los gastos de gestión, mantenimiento, reparaciones, seguros,...). Normalmente financia vehículos y equipos. Una importante ventaja de este producto es que no se considera deuda declarada en Cirbe y la cuota mensual es deducible en el Impuesto de Sociedades o el IRPF.
Hasta la próxima semana!!!!
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