Sin duda la óptima gestión del circulante crea valor. Es verdad que las finanzas corporativas tienen glamour pero hay que dar la importancia que se merece al circulante.
Hay que distinguir los activos y pasivos operativos de los financieros. De esta manera podremos analizar el fondo de maniobra y las necesidades operativas de fondos (NOF).
La mayoría de las empresas presentan un fondo de maniobra positivo porque a igualdad de plazos de cobro y pago, el epígrafe de clientes será siempre mayor al de proveedores porque aquellos se valoran a precio de coste más el margen comercial y éstos a precio de coste de las materias primas.
Elevados fondos de maniobra suponen poco riesgo de insolvencia pero menor creación de valor por menor rentabilidad. Ya sabemos la regla: a menor riesgo, menor rentabilidad.
En definitiva, el fondo de maniobra ofrece información heterogénea puesto que mezcla partidas operativas con financieras. Por eso, analizamos las NOF, que excluyen las cuentas financieras.
Hay una máxima, si la empresa a analizar tiene un fondo de maniobra negativo porque su poder de negociación con proveedores es muy elevado y, por lo tanto, sus NOF también son negativas; entonces estamos ante una empresa que se financia sin coste financiero y sin riesgo de insolvencia. Ej. Inditex.
Otra partida muy importante del circulante es la caja que hay que tratar de minimizar porque no genera rentabilidad ni valor para el accionista. Respecto a los clientes, hay que intentar reducir al máximo los plazos de cobro y evitar tomar decisiones financieras del tipo descuentos pronto pago que drenan rentabilidad. La rotación de los stocks también hay que minimizarlos aunque hay negocios donde las existencias son inmovilizados y deben financiarse con recursos a largo plazo.
En conclusión, parece que lo ideal sería gestionar una empresa con NOF negativas ya que se financian parte de las inversiones en inmovilizado con recursos operativos sin coste. Pero la mayor parte de las pymes no tienen ese poder de negociación y los plazos vienen marcados por su sector. Por lo tanto, se trata de un escenario ideal al que hay que tender. No obstante, un síntoma de buena gestión del circulante de una empresa es que su fondo de maniobra y sus NOF sean similares.
Fuente: Caso IE Business School enero 2008.
Autora: profesora Virginia Bombín Moreno.
Hay que distinguir los activos y pasivos operativos de los financieros. De esta manera podremos analizar el fondo de maniobra y las necesidades operativas de fondos (NOF).
La mayoría de las empresas presentan un fondo de maniobra positivo porque a igualdad de plazos de cobro y pago, el epígrafe de clientes será siempre mayor al de proveedores porque aquellos se valoran a precio de coste más el margen comercial y éstos a precio de coste de las materias primas.
Elevados fondos de maniobra suponen poco riesgo de insolvencia pero menor creación de valor por menor rentabilidad. Ya sabemos la regla: a menor riesgo, menor rentabilidad.
En definitiva, el fondo de maniobra ofrece información heterogénea puesto que mezcla partidas operativas con financieras. Por eso, analizamos las NOF, que excluyen las cuentas financieras.
Hay una máxima, si la empresa a analizar tiene un fondo de maniobra negativo porque su poder de negociación con proveedores es muy elevado y, por lo tanto, sus NOF también son negativas; entonces estamos ante una empresa que se financia sin coste financiero y sin riesgo de insolvencia. Ej. Inditex.
Otra partida muy importante del circulante es la caja que hay que tratar de minimizar porque no genera rentabilidad ni valor para el accionista. Respecto a los clientes, hay que intentar reducir al máximo los plazos de cobro y evitar tomar decisiones financieras del tipo descuentos pronto pago que drenan rentabilidad. La rotación de los stocks también hay que minimizarlos aunque hay negocios donde las existencias son inmovilizados y deben financiarse con recursos a largo plazo.
En conclusión, parece que lo ideal sería gestionar una empresa con NOF negativas ya que se financian parte de las inversiones en inmovilizado con recursos operativos sin coste. Pero la mayor parte de las pymes no tienen ese poder de negociación y los plazos vienen marcados por su sector. Por lo tanto, se trata de un escenario ideal al que hay que tender. No obstante, un síntoma de buena gestión del circulante de una empresa es que su fondo de maniobra y sus NOF sean similares.
Fuente: Caso IE Business School enero 2008.
Autora: profesora Virginia Bombín Moreno.
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